Partimos de la premisa de que la comida desempeña un importante papel en la vida social, política, religiosa y económica de nuestra sociedad.
Se encuentra incrustada en los aspectos más básicos de nuestro ser social y es un elemento esencial en las interacciones sociales cotidianas, que ocupa un lugar principal en la mayor parte de los acontecimientos de nuestro día a día.
“La cultura define qué es comestible, cómo se lo tiene que preparar y cómo y con quién se lo debe comer.” (Long, 1997) y no cabe duda que las costumbres relacionadas con esta se resisten al cambio y permanecen estables durante largos períodos de tiempo.
Cuando comenzamos la investigación para elaborar este proyecto, partíamos de puntos de vista muy diferentes (algunas comíamos carne, otras no), pero no fui muy difícil encontrar un punto común ante esta pregunta.
Consideramos que los tres focos principales por los que la carne juega un papel básico en la dieta son la tradición, su sabor y la desinformación.
El objetivo de este trabajo no es decidir si debemos seguir comiendo carne o no, si no entender porqué es un aspecto tan importante en nuestra dieta, así como informarnos de qué hay en nuestro plato.
Existe un gran trabajo por parte de la industria y de las diferentes empresas para convencernos de que el consumo de carne es imprescindible en nuestra dieta, y las campañas en favor de esta provienen hasta de las fuentes del gobierno. Los estudios acerca de si debemos comer carne, si no, si es necesaria o prescindible se convierten muchas veces en una guerra a ambos bandos de la cuestión.
Lo que es innegable es que los intereses económicos juegan un papel fundamental en cuanto a la visión que se nos presenta de la situación.
Teorías como la de las "3N", explican que existe una disonancia cognitiva (no asociamos conceptos) en nuestra cabeza respecto a los animales como seres vivos y como alimento. Lo vemos como algo normal, natural y necesario sin la necesidad de basarnos en ningún fundamento a mayores.
No existe un motivo único y válido para todo el mundo respecto a la pregunta de "¿Por qué comemos carne?" si no una serie de factores que condicionan nuestras decisiones.
Comer carne o no comerla es, a fin de cuentas, decisión de cada uno.
FUENTES:
Long, J. (1997). Conquista y comida: Consecuencias del encuentro de dos mundos.
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