Se trata de una industria fuerte dentro del marco español y muy competitivo a nivel europeo. Da trabajo a una cantidad importante de la población, en especial a la de comunidades autónomas como Castilla y León.
Sin embargo, existen una serie de aspectos negativos tales como los efectos medioambientales o la dependencia de materias primas.
Entre algunos de los problemas a los que se debe enfrentar la ganadería española se encuentra la presión urbanística, la adaptación a las normas de bienestar animal y medioambiente o los costes del transporte.
En el mundo cárnico nos encontramos con distintas denominaciones y certificaciones de calidad, destacando entre ellas la IGP (Indicaciones Geográficas Protegidas), presentes en proveedores de confianza para supermercados como Gadis o Froiz. Sin embargo, existe mucha carne española que se vende sin identificar.
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